martes, 17 de mayo de 2011

Cap. 3 Amistad - ¿Y Ahora Que Haré?

Capitulo 3 de ¿y ahora que hare? (relleno(?))
Riza era para mí la hermana mayor que nunca tuve, era agradable estar con ella, siempre comprensiva creo que despertaba su instinto maternal conmigo, como fuera todo eso era agradable.
Conocí a Riza en el primer grado de universidad y desde entonces fuimos grandes amigos, gracias a ella logré liberarme de aquel hombre tan despiadado.

Pasaron ocho años de mi vida aguantando los abusos del profesor Katzenbach, pero yo creía amarlo y lo soportaba de todas a todas, cada vez después de aquel primer dia, él era más agresivo y yo no hacia más que llorar a solas en mi habitación o en la azotea de la universidad, un dia después de que el profesor se había saciado conmigo, solo me vio con desprecio y me dijo que no quería volver a verme, que le daba asco y salió de su oficina dejándome lastimado sangrando y roto literalmente, no me lo podía creer todo ese desprecio dirigido a mí en tan solo unos cuantos segundos y se va como si nada hubiera pasado, 
me vestí a medias y salí detrás de él rogándole que me explicara, solo me gane una golpiza y quedar sangrando del labio en medio del pasillo y mi corazón no podía más. 

Mis piernas y pies me respondieron con grandes esfuerzos, sentía que la gravedad del planeta había aumentado y tenía que prácticamente arrastrarme hasta mi lugar “secreto” aquel donde nadie me escucharía llorar a gritos pues me desgarraba por dentro, el dolor que sentí en ese momento no se comparaba con todas las veces que me penetro el maldito bastardo, un hoyo negro se hacía cada vez más y más grande en mi pecho y mis ojos se llenaban de furia sin poder dejar de llorar, hasta que llegue a la azotea, bendita, siempre estaba sola y nadie le hacía caso, solté un grito apenas cerré la puerta, me derrumbe en el suelo a golpear con toda la furia que tenia dentro, gritando llorando al borde del colapso pero aun así seguí no podía soportarlo llore durante horas sin dejar de gritar hasta que me quede mudo pero las lagrimas seguían saliendo, ya solo gimoteaba y no podía dejar de llorar, de pronto unos delgados brazos me levantaron ligeramente llevándome a un abombado pecho, de manera maternal trataban de calmarme, una chica que apenas distinguía con mi borrosa vista por tanto llorar, era rubia de cabellos cortos y tenía una 
expresión de preocupación en su cara. . . ¿desde qué hora había estado ahí esa chica y por qué me abrazaba?.  

Después de mucho llorar en los brazos de esa extraña chica me dio un dulce beso en la frente y me sonrió tiernamente, yo la miraba perplejo.


Justo después de eso Riza se volvío mi guardaespaldas y mi mejor amiga sin necesidad de explicar el por qué de la vida de cada uno, ella siempre me cuidaba en todo y yo siempre trate de corresponderle, por algún momento de nuestra relación se me paso por la mente que ella solo se sentía atraída por mi pero justo cuando iba a preguntarle me dijo que era lesbiana, solo reímos juntos y seguimos con nuestras vidas, Riza después de ese dia en la azotea me ayudo a ignorar al profesor Katzenbach y así terminar la universidad con honores y conseguir uno de los trabajos mas prestigiosos mientras ella se limito a impartir clases de arte en una escuela preparatoria y poco después en la universidad publica.

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