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**Con Nino y Aiba**
Dos chicos iban caminando de la mano por el parque,
aun café alejado de su lugar de trabajo, se sentaron en las mesas fuera del local, viendo una fuente con agua muy limpia,
era definitivamente la escena más romántica,
ambos tomados por las manos encima de la mesa para que todo el mundo lo viera,
ambos sabían que corrían el riesgo de que algún fan los viera o que un paparazzi les tomara una foto en aquella perfecta escena de amor,
pero no les importaba al menos no a uno de ellos, una chica mesera del lugar se acerco con mucha discreción,
y con un sonido de aclararse la garganta, rompió el momento de esos dos chicos enamorados, ambos la voltearon a ver,
era una chica extranjera, latina para ser exactos,
estaba ruborizada tratando de cubrir su nerviosismo corporal con el block de notas que llevaba,
los chicos estaban extrañados por esas dos cosas y no sabían si estaba nerviosa por conocerlos o por el hecho de estar tomados de las manos o ambas cosas.
La chica se presento como su mesera y les ofreció la carta con un japonés mecanizado, era obvio que se había aprendido de memoria todas esas frases, el más alto de los dos volteo a ver a su pareja preguntándole algo casi inteligible y el otro asintió, cuando la chica se disponía a marchar el chico más bajo le pidió que tomara la orden, la chica apunto un par de crepas saladas y dos cafés capuchino.
Se marcho no sin antes decirles que regresaría con su pedido, en esta ocasión se equivoco en la gramática sin darse cuenta y los chicos le sonrieron amablemente, la chica se disculpo y se retiro.
Al poco regreso con una charola donde tenía lo que le habían pedido, lo sirvió con delicadeza y elegancia, y se retiro con una reverencia.
Los chicos quedaron sorprendidos la forma de poner los platos y adornarlos ahí mismo junto con el café, les dejo impactados. Y dieron el primer bocado con más gusto de lo normal.
–Está delicioso- dijo en menor. –no pudiste haber escogido un mejor lugar Aiba
–gracias Nino, lo elegí pensando en ti, es un café fusión italiano-francés, y los dueños son latinos, así que es tienen un servicio muy cálido-
–te luces,- le sonrió tiernamente –te amo, Aiba
Aiba quedo en un shock momentáneo y solo pudo contestarle a su amado con una gran sonrisa, el también lo amaba, y mucho.
Continuaron comiendo, para cuando terminaron solo quedaban 15 minutos para llegar a tiempo de nuevo al trabajo, y se fueron caminando nuevamente a paso lento y tomados de la mano.
Por una parte Nino amaba caminar por ahí era un lugar tranquilo y estando al lado de Aiba se sentía mucho más feliz, cuando las cosas iban lento, podía disfrutarlas más, eso le había enseñado Aiba, hacer las cosas al tiempo que se debían hacer y disfrutarlo todo, nada tenía que ir demaciado rápido.
Por el otro lado Aiba se sentía inseguro cada vez que Nino se dejaba invadir por el silencio y la comodidad de su forma de vida, el estaba consciente de que vivía la vida lento y que nino se contagiara de esto le preocupaba, pues sabía que su pequeño adicto a los videojuegos estaba acostumbrado a ir siempre rápido, y aparte, nunca se sabía cuando los sentimientos de ese niño cambiarían, así que aun sabiendo que podría ser engañado y luego botado él seguía amándolo pero siempre inseguro de el dia siguiente.
Ciertamente Ninomiya Kazunari era un ser cambiante y voluble, pero esto era porque le gustaba vivir intensamente siempre, pero al poco tiempo de compartir varios momentos solo con aiba se había dado cuenta que también existía otra forma de disfrutar la vida y quería intentarlo, así fue como se enamoro de ese chico tan inocente y tierno, y le ama sinceramente, Aiba Masaki.
*Dentro del café con Sho y Ohno*
Chinen seguía consumiendo el tiempo de Ohno con cosas absurdas y pidiéndole salir a pescar juntos, mientras que Sho quedaba con Nakajima para salir el fin de semana, sin que los otros dos se dieran cuenta.
–gracias Sakurai-sempai, será increíble poder conocerlo mejor–
el menor seguía sonriendo casi tontamente y sus nervios habían incrementado con el paso de la plática, sin siquiera advertirlo comenzaba a sentirse atraído por Sakurai, y este sentía lo mismo por el chico
–claro, será de lo más divertido Yuto-kun, pero por ahora mejor nos retiramos–
Volteo a ver a su amigo, por primera vez en toda la hora y se apiado de él, se dio cuenta que el truco de Chinen de llevar a alguien más le había funcionado y ni siquiera lo habían previsto, Ohno tenía cara de un sufrimiento irremediable, dejo el equivalente a lo que habían consumido todos en la mesa, y se despidió de Yuto
–vámonos Ohno, tenemos que trabajar– lo tomo por el brazo y salieron.
–valla, gracias por quitármelo de encima, una hora después, ¿Qué tanto te decía ese otro niño?–
se quejo Ohno al salir del lugar mientras Sho caminaba apresurado
–nada, solo platicamos, es un chico bastante interesante, y es completamente diferente a Chinen Yuri–
No lograba comprender del todo porque lo ponía tan feliz el pensar en él, iba completamente metido en sí mismo, no recordaba lo que estaba hablando antes de que llegara Yuto y eso lo ponía muy confundido, escucho a Ohno reclamarle algo pero no le hizo gran caso.
Antes de llegar a la entrada del estudio de grabación, Ohno se paró en seco y hiso parar a Sho, este salió de su transe y dejo de ver mentalmente la cara de ese hermoso niño, para poder enfocar la cara de preocupación de su amigo ahí presente.
–Sho, sobre lo que me dijiste antes de que llegara Chinen…–
Ohno se quedo en silencio para reflexionar lo que diría, y le dio tiempo a Sho recordar que hace solo unos momentos le había confesado su amor, un amor que ahora le parecía insignificante pues había llegado una persona con quien podría superar esa frustración de años,
–Sho, yo no puedo corresponder tus sentimientos en un momento como este–
en la mente de Ohno corrían imágenes sobre los momentos con nino y luego ese palpitar de su corazón con el encuentro con Jun esa mañana, su cabeza estaba gacha y no podía ni quería ver la expresión de Sakurai.
Pero Sho estaba incluso un poco aliviado por esa respuesta
–no te preocupes por mi Oh-chan, quizá el ser rechazado sigue hiriendo mi ego, pero por alguna razón no me siento demaciado mal–
esto hiso que Ohno levantara la cabeza y viera la relajada no feliz cara de Sho, pero no era esa típica expresión para ocultar el sufrimiento sino mas bien era una de inevitable felicidad, esto contrario a Ohno, pero Sho parecía poco dispuesta a explicarlo a detalle
–Te diré que este fin de semana saldré con ese chico, Yuto- y continuo su camino al estudio de grabación
dejen comentarios!!!! lol
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